El funcionamiento del mercado

Contenido
¿Cómo funcionan los mercados financieros?
Los principales mercados financieros
Los mercados financieros están organizados en cuatro mercados separados, a saber, deuda, divisas, acciones y materias primas.
El mercado de deuda o de tipos de interés a corto y medio plazo
Se trata del mercado más importante en cuanto a operaciones, ya que los intercambios diarios están en torno a los 8,5 billones de dólares. Hablamos de mercado obligatorio para las deudas de más de tres años y de mercado monetario para las deudas a más corto plazo. En el mercado de tipos de interés puede invertir o financiarse todo tipo de actor, desde una simple empresa hasta la deuda soberana de un estado.
El mercado de divisas o mercado de cambio (Forex)
Es un mercado OTC (over the counter), es decir, extrabursátil: no cotiza a través de una bolsa física, no hay cotización «oficial». Este mercado permite intercambiar todo tipo de divisa cotizada y representa en torno a los 2 billones de dólares diariamente, de los que dos tercios son productos derivados del intercambio de divisas (swap, put, call...).
El mercado de acciones
Se sitúa en 3. er lugar en términos de importe intercambiado diariamente con 500 000 millones de dólares. Este mercado, por su parte, es un mercado regulado en el que los títulos se intercambian principalmente a través de las bolsas de valores.
El mercado de las materias primas
En la última posición de los mercados financieros se encuentra el mercado de las materias primas o commodities que, en términos de valor intercambiado, no representa más que una ínfima parte de los otros tres mercados.
En estos cuatro mercados, son posible dos tipos de operaciones: extrabursátiles (OTC); o a través de los mercados organizados: Bolsa o mercado a plazo. Los productos intercambiados son, pues, de dos tipos: ya sean activos financieros originales, o bien, productos derivados subyacentes de esos activos.
Qué hace variar las cotizaciones bursátiles
Los precios de los activos financieros varían según el principio de la oferta y la demanda. De hecho, las cotizaciones bursátiles se establecen gracias a los libros de órdenes de los inversores, que determinan las órdenes de venta y de compra. Es la última venta realizada la que fija el precio de un activo financiero.
Ejemplo de libro de órdenes:
Compra | Venta | |||
Inversor | Cantidad | Precio | Vendedor | Cantidad |
A | 20 | 99,99 | A | 300 |
B | 50 | 99,89 | B | 6000 |
C | 10 | 99,51 | C | 400 |
Aquí, si un inversor compra 20 acciones a 100 euros, el vendedor será siempre oferente de una venta a 100 €, pero por sus 280 activos restantes. El precio anunciado de la acción será de 100 €
Los actores del mercado
Para lanzar una orden en bolsa, es necesario pasar por un intermediario financiero: un banco, un fondo de inversión, un gestor de inversiones o pedírselo directamente a un Prestador de servicios de inversión: intermediario, agente de cambio, bróker... El prestador de servicios de inversión es indispensable para invertir en un mercado organizado.
Para el mercado de productos derivados se ha establecido una cámara de compensación con el fin de realizar los intercambios de plusvalías y minusvalías entre las contrapartidas diariamente. Esta cámara compensación permite evitar los impagos.
En España, el organismo encargado de la supervisión y vigilancia de los mercados financieros desde 1998 es la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Existen reguladores financieros en cada país, por ejemplo la SEC en Estados Unidos o la FSA en el Reino Unido. Estos reguladores tienen la misión de proteger el ahorro de los particulares, controlar los fraudes y los eventuales abusos de información privilegiada y, más en general, velar por el buen funcionamiento del mercado.
¿De dónde proceden los beneficios bursátiles?
En Bolsa, la única creación de valor procede de los beneficios debidos a las inversiones, es decir, el tipo de interés para una obligación y el dividendo para una acción. En los demás casos, siempre hay como contrapartida de una plusvalía ya sea un inversor, una empresa o un Estado que registra una minusvalía.
Para los productos especulativos y los derivados: nada se pierde, nada se crea, todo se transforma. El dinero perdido por unos simplemente ha pasado al bolsillo de otros inversores.
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